viernes, 25 de enero de 2013

Escenas y Diálogos #2

Hola a todos :)

Ahora les traigo nuevamente la sección de "Escenas y Diálogos". No estaba muy segura de que libro hacerlo ya que tenía dos en mente, pero finalmente me decidí por...


Forbidden de Tabitha Suzuma
(escogí pocas escenas pero un poco largas, lo siento por eso)



No quiero que Kit se avergüence de mi. No quiero que me odie, aunque siento que lo odio a veces. Pero ese jodido niño pequeño lleno de ira y resentimiento sigue siendo mi hermano, sigue siendo familia. Familia: lo mas importante de todo. Mis hermanos pueden volverme loco a veces, pero son mi sangre. Son todo lo que he conocido. Mi familia soy yo. Ellos son mi vida. Sin ellos caminaría solo por el planeta.

El resto son todos extranjeros, extraños. Nunca se transformarán en amigos. Y aunque lo hicieran, incluso si encontrara, por algún milagro, una manera de conectar con alguien fuera de mi familia  ¿como podrían compararse con los que hablan mi idioma y como podrían saber quien soy, sin tener que contarles?. Incluso si fuera capaz de encontrar sus ojos, incluso si fuera capaz de hablar sin que las palabras se quedaran atrapadas en mi garganta, incapaces de salir a la superficie, incluso aun que sus miradas no quemaran agujeros en mi piel y me dieran ganas de correr un millón de kilómetros  ¿como voy a ser capaz de preocuparme por ellos de la forma en que me preocupo por mis hermanos y hermanas?
(Lochan, página 32)




-¿Qué? -pregunta, con una risita, tragando su ultimo bocado y limpiándose las manos sobre la hierba.
-Nada - trato de desvanecer mi sonrisa, pero con su barbilla veteada de rojo, el cabello revuelto, la camisa arremangada y los puños mugrientos batiéndose contra sus manos, se ve como una versión mas alta y con cabello oscuro de Tiffin al final de un atareado día escolar.
-¿Por que me miras de ese modo? - insiste el, mirándome ahora con curiosidad y un toque de cohibición.
-Por nada, sólo estaba pensando en lo que dijo Francie sobre ti.
Una pizca de cautela toca sus ojos - Oh, eso de nuevo, no...
-Aparentemente tus hoyuelos son muy monos. - muerdo de nuevo una sonrisa.
 -Ja, ja. - Una pequeña sonrisa y el mira hacia abajo, tirando de la hierba mientras un rubor se extiende por su cuello.
-Y tienes ojos fascinantes...lo que sea que eso signifique.
Hace una mueca de vergüenza. - Vete a la mierda, Maya. Te lo estás inventando.
-No lo hago. Te lo dije...ella dice cosas como esas. ¿Cómo era...?  Oh, sí: Tu boca, aparentemente, es muy besable.
El se ahoga, bañándome con Coca-Cola. - ¡Maya!
-¡No estoy bromeando! ¡Esas fueron sus palabras exactas!
Está completamente ruborizado ahora, observando intensamente la lata de Coca-Cola. - ¿Puedo terminarme esta o aun tienes sed?
-Deja de intentar de cambiar de tema. - Me río.
El me lanza una mirada malévola y bebe hasta el fondo.
-Ella incluso me dijo que te vio a través de la puerta abierta del vestuario de chicos y que luces realmente...
El me da un golpe. Aunque es medio en broma, me duele.
Me siento confusa, debajo de su exterior bromista, parece molesto de repente. Me parece que, sin querer, he cruzado alguna linea invisible.
-Esta bien - alzo las manos rindiendome.- pero has cogido la idea, ¿no?
-Si, muchas gracias.- Me da otra sonrisa sardónica para demostrar que no está enojado y luego, gira el rostro hacia la brisa.
(Maya y Lochan, páginas 62/63)




-¿Cuatro sietes? - Lochan levanta el tenedor de Tiffin y clava dos habichuelas antes de devolvérselo. Tiffin las mira y hace una mueca.
-Vamos. Cuatro sietes. Tienes que ser mas rápido que eso.
-¡Estoy pensando!
-Hazlo como te dije. Rebusca en tu cabeza. Una vez siete es siete, ¿dos veces siete es...?
-Treinta y tres - interrumpe Kit.
-¿ Treinta y tres? -Tiffin hace eco con optimismo.
-Tiff, tienes que pensar por ti mismo.
-¿Por que pusiste dos habichuelas en mi tenedor? ¡Hará que me ahogue! ¡Odio las judías! -Exclama Tiffin con enojo.
-¿De que están hechas las judías verdes? -pregunta Willa.
-caca de serpiente. -Le informa Kit.
Willa deja caer su tenedor y mira hacia su plato con horror.
-Una vez siete es siete -continúa Lochan tercamente - ¿Dos veces siete es...?
-Lochie, ¡tampoco me gustan las judías! - protesta Willa.
Por primera vez en mi vida no siento la menor intención de ayudar. Lochan me ha dicho exactamente cuatro palabras desde que llegó a casa hace dos horas: ¿Han hecho sus deberes? 
-Tiffin, ¡tienes que saber cuanto es dos veces siete! ¡Sólo súmalos por el amor de Dios!
-¡No puedo comer todo esto, me diste demasiado!
-Hey - Kit ladea su cabeza, - ¿Escuchas esos gritos, Tiff? Suena como si Jamie acabara de anotar otro gol.
-¡Es mi pelota con la que están jugando!
-Kit, simplemente déjalo tranquilo, ¿ podrías? - Suelta Lochan.
-He terminado. - Willa aleja su plato tan lejos como puede, golpeando el vaso de Kit en el proceso.
-¡Willa, mira lo que estás haciendo! - Grita Kit.
-¿Como es que ella puede dejar todas sus habichuelas? - Tiffin empieza a gritar.
-Willa, ¡solo come tus habichuela! Tiffin, ¡si no sabes cuanto es cuatro veces siete, vas a reprobar su examen de mañana! - Lochan está perdiendo la tranquilidad. Me da un tipo de placer perverso.
-Maya, ¿tengo que comer mis habichuelas? - Willa se gira hacia mi lastimosamente.
-Pregúntale a Lochan, él es el cocinero.
-Creo que estás usando la palabra cocinero muy libremente allí. -remarca Kit, riendo consigo mismo.
-El jefe, entonces. -reemplazo.
-Sí, ¡Esa es!
Lochan me manda una mirada que dice: ¿Que te he hecho?  Otra vez, soy consciente de una sensación fugaz de satisfacción.
-¡Willa, mierda, limpia este desastre! ¡Tiraste agua por toda la mesa!
-¡No puedo!
-¡Deja de ser un bebe y consigue la esponja!
-Lochie, Kit dijo la palabra con M.
-No voy a seguir comiendo - ruge Tiffin. - ¡Y no voy a seguir con las tablas, tampoco!
-¿Quieres reprobar tu examen de matemáticas? -Grita Lochan.
-¡No me importa, no me importa, no me importa!
-Lochie, ¡Kit dijo la palabra con M! - Gime Willa, ahora enojada.
-Mierda, mierda, mierda. -Canta Kit.
-¡Podrían callarse todos! ¡Diablos, cual es su problema! -Lochan golpea su puño contra la mesa.
Tiffin aprovecha esta distracción, se levanta, agarra sus guantes de fútbol y corre fuera de la casa. Willa estalla en un llanto ruidoso, se desliza de su silla y sube pisando muy fuerte hacia su habitación  Kit vuelca tres platos de judías verdes sin comer de vuelta en la cacerola y dice: - Mira, puedes alimentarnos con la misma mierda mañana.
Con un gemido, Lochan pone la cabeza entre sus manos.
(Maya, Lochan, Kit, Tiffin y Willa, páginas 114/115/116)




-Maya, no me siento bien...fue imperdonable. Ya no se lo que estoy diciendo. -Su voz está temblando, tan horrorizada como la mía. Llevando las manos a su cara, osciló hacia mi, se aleja de mi, paseándose por la habitación, sin aliento, con sus ojos llenos de una mirada salvaje, casi maníaca  - Solo necesito saber, por favor entiende. ¡Tengo que saber, de lo contrario voy a perder la cabeza! -Cierra los ojos con fuerza y aspira desigualmente.
-¡No pasó nada! -Grito, mi ira repentinamente reemplazada por el miedo.- No paso nada, ¿Por que no me crees? - Lo agarro por los hombros. - ¡No paso nada, Lochie! No pasó nada...¡Nada, nada, nada!- Estoy prácticamente gritando pero no me importa. No entiendo que le está pasando. Que me está pasando.
-Pero el te besó. - Su voz es hueca, carente de toda emoción. Alejándose de mi, se pone de cuclillas sobre sus talones. -Él te besó, Maya, él te besó. - Sus ojos están medio cerrados.  Su rostro está sin expresión ahora, como si estuviera tan agotado que ya no tuviera la fuerza para reaccionar.
-¡No me besó!. -Le grito, agarrando sus brazos e intentando sacudirlo para que vuelva a la vida. - Lo intentó, está bien, ¡pero yo no se lo permití! ¿Sabes por qué? ¿Quieres saber por qué? ¿De verdad, de verdad, quieres saber por que? - Todavía agarrándolo con ambas manos, me inclino hacia delante, jadeando, mientras las lagrimas calientes y pesadas, caen por mis mejillas. - Ésta es la razón... - Con un sollozo ahogado, beso la esquina de los labios de Lochan. - ¡Ésta es la razón...! -Cierro los ojos y beso la boca de Lochan.   (Maya y Lochan, páginas 140/141)




Me limpio las mejillas y vuelvo la cabeza para mirarlo. -¡No hemos hecho nada malo! ¿Cómo se le puede llamar terrible a un amor así, cuando no le estamos haciendo daño a nadie?
El me mira, sus ojos brillan a la débil luz. -No se - Susurra. - ¿Cómo algo tan malo puede sentirse tan bien?
(Maya y Lochan, página 143)





Eso es todo, espero que no se les haya hecho muy pesado, pero es que no podría acortarlo mas, de hecho dejé algunas frases fuera por que si no se haría mucho mas largo. Espero que les haya gustado y que se animen a leer el libro si es que aun no lo hacen.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Denme sus opiniones :)